Recibir el sacramento de la Eucaristía, ese ha sido el eco de alegría que se vivió el domingo 4 de mayo en la parroquia de Sant Llorenç, en Lleida.
Allí, en medio del regocijo y el entusiasmo de sus familias, ocho niños hicieron la Primera Comunión.
Entre catequistas y miembros de la comunidad parroquial estaba Eva María, una niña de 7 años que junto a sus padres forman parte de la comunidad del Camino Neocatecumenal de Lleida.
Detalles de la celebración del sacramento de la Eucaristía
La ceremonia fue sencilla, pero colmada de belleza espiritual, reflejando la fe viva que se transmite de generación en generación.
Desde el primer canto hasta el último amén, se respiraba un ambiente de auténtica alegría cristiana.
Las palabras del sacerdote, la participación de los niños y la unión de todos los presentes hicieron de este día una experiencia inolvidable para quienes participaron, especialmente para quienes recibieron por primera vez el sacramento de la Eucaristía.
El camino de Eva María
Para Eva María, fue un día lleno de emoción. Su rostro irradiaba luz, no solo por los nervios propios de una niña, sino por la certeza de saberse amada y acompañada por el Señor.
La víspera había recibido también, con gran recogimiento, el sacramento de la Reconciliación, preparando su alma para albergar a Jesús en su corazón por medio del sacramento de la Eucaristía.
Su camino hacia el encuentro con Cristo ha estado guiado por sus padres, quienes con paciencia y testimonio haces desde siempre su papel de catequistas.
Junto a ellos, la comunidad neocatecumenal ha sido un pilar clave en su crecimiento espiritual, apoyándola con oración, cercanía y ejemplo de fe.
Una señal de esperanza
En tiempos donde la fe muchas veces se vive de forma superficial, testimonios como el de Eva María renuevan la esperanza.
Su experiencia recuerda que, cuando hay acompañamiento y comunidad, la vivencia del sacramento de la Eucaristía se convierte en un verdadero encuentro con Cristo que transforma el corazón.
Desde la parroquia de San Lorenzo se invita a seguir acompañando a los más pequeños en su camino, para que esta Primera Comunión sea sólo el comienzo de una amistad duradera con Jesús.
