La familia debe pedir el bautismo para su hijo si vive la fe y se compromete a educarlo en ella, haciéndolo hijo de Dios y miembro de la Iglesia.

La manera idónea de transmitir los valores al ser es desde la vivencia de la familia, día a día, como el agua que cae suavemente, calando hasta lo más profundo del ser. La familia debe educar a sus miembros y ayudarles a tener la vivencia necesaria de la fe para que ésta llegue a ser una realidad vital en sus vidas.

¿Para qué existimos, qué razón tiene que estemos aquí? ¿Hacia dónde debo dirigirme? ¿Cuál es el sentido que tiene la vida? Cristo que es el camino, la verdad y la vida da respuesta a estas preguntas.Hacerse cristiano, con paciencia, autenticidad, austeridad, recogimiento y alegría, le llevará a ir profundizando cada vez más, de manera que irá encontrando a Dios.

No es bueno para la salud mental ir haciendo lo contrario de lo que uno lleva en mente. Sin que se traduzca en obras, la fe es algo muerto sin sentido para uno mismo y sin repercusión auténtica en los demás. Es necesaria la relación coherente de ambas, lo cual da testimonio ante los que le rodean a uno.

La fe, la esperanza y la caridad (el amor) tienen su origen, el motivo y el objeto en Dios. Por la fe creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha dicho y revelado; por la esperanza confiamos alcanzar el Reino de los cielos; el amor acogemos y nos entregamos a Dios y al prójimo.